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martes, 5 de abril de 2011

LA ÚLTIMA BALA BLANQUIAZUL

David Amaral será el cuarto técnico del CD Tenerife con el cometido de salvar al club del naufragio en las  diez jornadas dramáticas. Y un derbi en el epílogo que va camino de convertirse en el partido de rivalidad canaria con más morbo de la historia


En abril de 2010 el CD Tenerife se preparaba para los ocho últimos asaltos de la Liga de Primera División. Tendría aún que ganar en el Molinón, visitar el Nou Camp y Mestalla (entre otros) mientras suspiraba hasta la última jornada por su salvación. Un año después, le quedan diez jornadas para evitar una verdadera hecatombe deportiva y económica. La pasada noche Xuancar, uno de los nombres periodísticos más cercanos al club blanquiazul en las tres últimas décadas, mencionó la opción de la disolución como una de las posibilidades de futuro del club chicharrero en caso de descenso, admitiendo que el desfase económico podría rondar los treinta millones de euros. Tampoco descartó la posibilidad de la entrada en la Ley Concursal como recurso extremo. Quizá esta puerta sea la más accesible o real.
  El tiempo dirá, pero en el terreno futbolístico la desesperación ha cundido en grado extremo. Y es David Amaral, en su tercera etapa en el banquillo blanquiazul, el hombre en el que se deposita la última bala de la campaña. "Necesitamos la unión de todos" dijo esta tarde en su presentación, junto a Quique Medina, que le asistirá en el banquillo. Peliagudo cometido, para convertirse en un ídolo o para pasar a la historia de la temporada más triste de los últimos 24 años.

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