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miércoles, 4 de mayo de 2011

NATAL Y GRAN CANARIA

Una ilustración del futuro campo de fútbol de Natal, ciudad brasileña que corre el riesgo de perder  la sede por la demora en la construcción. 
La ciudad brasileña aún no ha iniciado las obras de construcción de su estadio de fútbol mundialista y corre riesgo de perder la sede. Sus problemas guardan alguna similitud con la candidatura isleña para el Mundobasket


Los dos acontecimientos deportivos más importantes de 2014 tendrán lugar en Brasil y España, con la celebración en ambos países de la Copa del Mundo de fútbol y del Mundobasket respectivamente. Están a la vuelta de la esquina pero tienen sus respectivas incógnitas previas. Hablemos de Brasil: Natal, capital del estado turístico Río Grande del Norte, vive con incertidumbre su designación como sede mundialista. Un estadio de 45.000 personas, moderno, se ha demorado más de lo esperado porque, según recuerda en fecha reciente Plaçar, sobre el proyecto del Arenas das Dunas han surgido obstáculos relacionados con cambios políticos a raíz de unas elecciones, demora en las garantías financieras de una obra que tiene como fórmula el modelo conjunto estatal-privado (óptima solución para tiempos de crisis) e, incluso, denuncias por presuntas irregularidades tras la adjudicación.
  Un suculento pastel de 102 millones de euros para la ejecución de la obra del nuevo estadio ha encontrado división en el entorno. La organización mundialista no oculta la posibilidad de que Natal, con sus fracturas internas, está poniéndose en riesgo porque el estadio mundialista tiene una demora importante con respecto a las demás sedes y por ello podría convertirse en el primer enclave que pierda sus derechos. Se ha pronosticado treinta meses para la ejecución de la obra y, cuatro años después de la designación, el peor escenario es la incertidumbre. 2014 y el Mundial de fútbol era el mejor pretexto para mejorar infraestructuras de una ciudad resignada a solucionar sus obstáculos lo antes posible.
  Gran Canaria también tiene los suyos que, en cierta manera, guardan algún paralelismo con el caso de Natal. A estas alturas ya estaba previsto acudir con el casco puesto a las parcelas traseras de Naciente de Siete Palmas. Sin embargo, allí no se ha movido una piedra y las últimas previsiones cabildicias, expresadas este miércoles por el propio presidente José Miguel Pérez, hablan de un nuevo aplazamiento hasta el verano. El líder insular menciona "intereses extraños" indefinidos que siguen zancadilleando un proyecto igualmente jugoso, mientras confía en que los servicios jurídicos de la corporación den vía libre a la adjudicación de la obra que, de igual forma, genera incógnitas aún no resueltas.
  Financiación, denuncias, demoras, ... los mismos síntomas en ambas orillas del Planeta.


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