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sábado, 12 de mayo de 2012

DESCODIFICACIÓN PLENA

Habló el presidente y mandó parar. Divulgó este viernes frases de enorme contundencia tras una derrota, con un calado tan profundo y lesivo que este partido contra el Cartagena no pasará a ser una pérdida de puntos cualquiera. Porque la vergüenza esgrimida por Miguel Ángel Ramírez tiene reflejo en el graderío y en el comportamiento del aficionado de una manera inequívoca. "No nos merecemos este final", concluyó. En los tiempos que corren, que un jefe diga a sus empleados que "no hacen honor al sueldo que se les paga ni al escudo que representan" ... supone un mensaje de una crudeza extrema. No sabemos si los futbolistas en esta ocasión reaccionarán como suele ser habitual cuando pintan bastos: mirar para otro lado y esperar a que las culpas caigan sobre el entrenador de turno, convertido en hucha sin fondo. O volverán a decir lo de "esto no va a volver a pasar, aprendemos de los errores, estamos deseando que llegue el próximo partido ..." Sin embargo, el misil presidencial es directo y ¡atención a la que se avecina!.

La decepción de Viera en su despedida como amarillo (C. Torres)
Detrás del enojo en el consejo, en las gradas y en la cabecera de banquillo está la palabra actitud. Pero nosotros insistimos en que también se puede acuñar tras el análisis sosegado el concepto aptitud. La voluntad anímica puede ser digna de valorar en uno o varios momentos de la temporada, como ha querido esbozar Ramírez; la capacidad deportiva, en cambio, queda reflejada a lo largo de la temporada. No sólo se referirá el presidente a resoluciones de contrato por la que considera indigna exhibición de unos colores; también tienen juicios de valor acumulados en una cuarentena de partidos para intentar un salto de calidad en los terrenos de juego si Las Palmas quiere aspirar a ese algo más que tanto ha ilusionado esta temporada. Analicemos sólo dos registros: con 50 goles a favor es posible manejar opciones de ascenso; con 51 en contra parece inviable mantenerse en la zona noble de la clasificación. Esta cifra de tantos, que se está pareciendo cada día más a los 71 de la pasada temporada, no se encaja en una o dos jornadas ni está ahí por un hecho del azar.


El daño que se está causando a la UD Las Palmas no tiene efectos inmediatos. Va más allá del enfado presidencial o de la identificación de culpables. La vida del club continuará traspasado el 30 de junio y hay un volver a empezar en cuya génesis nos encontramos. El trabajo de los consejeros y los gestores del club es muy duro para conseguir el último euro, equilibrar las cuentas, cubrir los haberes de los futbolistas y empleados y también mantener viva la ilusión, carburante de cualquier proyecto. Esta descodificación actual, sin embargo, es peligrosa porque el mal terminar de 2011-12 es el peor augurio para el comienzo de 2012-13. Ramírez y sus leales de la administración ya lo han comentado: a problemas radicales, soluciones tajantes.

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