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jueves, 10 de mayo de 2012

POLÍTICA DE REPATRIACIONES

Avanzó en UDRadio el pasado lunes Miguel Ángel Ramírez, presidente de la UD Las Palmas, una estimulación de cara a la próxima temporada en la política de repatriaciones de jugadores canarios, refuerzos para el venidero equipo que competirá en teoría dentro de la Segunda División. En realidad esa es una idea perenne en la entidad y uno de los pilares de su nacimiento en 1949: evitar fugas de talentos o recuperar también a los que identificaban a los aficionados insulares. Desde Mujica, Manolo Torres, Luis Molowny, Alfonso Silva, Rosendo Hernández, Gallardo, ... de aquellas primeras temporadas a los actuales Jorge, Guayre, Pedro Vega, Momo y los que vendrán. Hay distancia en el tiempo pero no en el encanto que proporciona el regreso.

Manolo Torres, repatriado por la UD en 1951
(Historia de la UD Las Palmas / Antonio de Armas)
Siempre convivió esta idea con el suspiro legítimo popular de reunir un gran conjunto canario en el Estadio Insular, que estuviera capacitado para codearse con las principales plataformas de la élite española. Eso sólo ocurriría cuando Las Palmas logró estabilizarse en la Primera División durante dos décadas y cuando el derecho de retención de los futbolistas era un escudo de protección que permitía a aquellas directivas del club poder decir un 'no'. ¡Y vaya si lo dijeron!. Hoy, nada de ello existe y el futbolista tiene en mano sus propios mecanismos de presión o, a la postre, depositar al completo el dinero de una cláusula liberatoria (eso sólo ha ocurrido en el caso de Guayre Betancort, hace once años). Por eso hay que tomarse con naturalidad palabras como las de Vitolo cuando se sincera ante los micrófonos para hablar de tentaciones ajenas en presencia de su pareja. 

Es improbable que en 2012 la UD Las Palmas pueda reunir en su vestuario a la mejor selección canaria del momento, como antaño hizo bajo el reinado de los Diablillos Amarillos o como cuando en enero de 1950 un gran combinado isleño dejó la semilla goleando en Chamartín al poderoso San Lorenzo de Almagro. Pero la identificación del proyecto que plantea el club es clara no sólo por esta señal de futuros refuerzos, sino porque a la hora de diseñar el mañana tiene una legión de jóvenes valores escalonados que están preparándose para el salto cualitativo. Ramírez ha hablado a corazón abierto y también explica por qué Jonathan Viera se va, por qué Vitolo u otros tendrían que negociar si quieren seguir el mismo camino, por qué ha vuelto Momo y por qué lo harían otros; al margen de los condicionantes de cada una de las actuación del club. 


La otra parte contratante tiene también que mover ficha: el aficionado; pues sin su comprensión y aliento -presencia en su puesto de combate- todo esto puede convertirse en papel mojado.

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