"Vergüenza, desastre, hecatombe, ausencia de compromiso, desorientación, ... falta de cojones". Todo ello lo hemos escuchado (textual) después de la tercera derrota consecutiva en la voz de Miguel Ángel Ramírez, Sergio Lobera o el mismísimo Vitolo Machín. Algo no encaja y nada tiene que ver con sistemas de juego, elección de técnico o piezas uniformadas ni, por supuesto, con la actitud de los aficionados. Es más sencillo: los jugadores de la plantilla actual no escucharon bien el mensaje del actor Pepe Batista, quien en el vídeo de la vigente campaña de abonados habla en el Estadio Insular como si estuviera inciándose la campaña de 1971. O bien los futbolistas que dirige Lobera fueron transparentes (por un oído entró y por el otro salió) ante el clarísimo mensaje que decía: "Los jugadores tienen que darse cuenta de lo grande que es este escudo. Porque esta afición es la mejor del mundo. Con poquito que nos den damos la vida por el equipo. Y ahí estamos: apoyando, porque todos sabemos que sin nosotros (los aficionados) Las Palmas nunca podrá ganar la Liga, ni la Copa, ni una final de nada ni lo que se le ponga por delante ..." comentaba el protagonista.
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| Sanchón celebra uno de los cinco goles encajados por la UD (Lajornada.cat) |
Cinco jornadas no evalúan un año de trabajo, pero describen dinámicas. Y en la que ha entrado la UD Las Palmas es muy peligrosa; recuerda otras etapas en donde los resultados del equipo acabaron desquiciando a los más pacientes aficionados. De todas las palabras que hemos escuchado tras el partido de Girona, donde siempre habrá una razón suprema oculta que ninguno va a desvelar, la que más inquietud nos genera procede del propio entrenador quien expresó sentirse abochornado por lo que había visto sobre el terreno de juego. Pero no dijo sorprendido ... y eso sí que nos dejará pensando toda la semana hasta que llegue todo un Villarreal al Estadio de Gran Canaria.
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