Dos detalles decisivos en la primera comparecencia de Tato ante su nuevo público. En su primer gol de amarillo, casi el primer balón que tocaba en el Estadio de Gran Canaria, Tato hace una lectura rápida del punto débil de la defensa del Girona y resuelve sin deshojar margaritas: a la primera vuelta, directo. Unos minutos después, recibe un nuevo balón en el centro del campo y sin pensarlo ni mirar envía un pase de espaldas hacia la carrera Vitolo, que hace bueno el servicio de su compañero. En pocos instantes, un gol y una asistencia que decoran ya la estadística personal del último refuerzo invernal.
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| Tato, en el momento de relevar a Chrisantus (C. Torres) |
Había poco que explicarle a Tato. De hecho, desde que pisó Barranco Seco el primer día se apreció que se trataba de un jugador formado, en óptimas condiciones físicas y deportivas, que sólo quedaba encajarle en el puzzle de la actual plantilla. Y en un equipo con tantas aspiraciones ofensivas como lo es la UD Las Palmas, un futbolista que conoce atajos tiene hueco de inmediato. Ha demostrado en poco tiempo lo mucho que puede aportar.
El abanico de ataque hasta el final de temporada se ha cubierto de manera importante. Tanto que queda sin actuar en un día de amplia goleada un jugador con mucho apego a las redes rivales como lo es Javi Guerrero. Este guión actual de la Unión Deportiva es ambicioso y requiere de partidos tan explosivos como el que hemos vivido este domingo final del Carnaval. A Tato le va a costar poco convencer a los técnicos del club de su renovación; a la UD le va a costar poco también ilusionar a un futbolista que complementa todos los demás conceptos que se conjugan en el actual proyecto. Si la ayuda externa es como la que ha mostrado Tato, bienvenida será para una idea de cantera que no puede sentirse agredida por una suma tan importante.
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