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lunes, 19 de agosto de 2013

LA ZANCADA DE MAYOR NO ES LA DE THIEVY

Una de las reconocidas virtudes de Sergio Lobera como profesional del fútbol es su análisis frío y sensato, capaz de realizarlo casi de inmediato al finalizar los encuentros. Si fuera cronista, dibujaría con mucho realismo lo acontecido en el campo de batalla. Quizá por ello la pasada temporada supo reconducir la trayectoria de la UD Las Palmas llevándola desde el fondo de la clasificación hacia arriba, incluso tocando las puertas de la gloria. En esa labor demostró saber extraer el mayor rendimiento posible a los recursos que tenía. A raíz del 0-1 de este pasado sábado frente al Deportivo le toca hacer lo propio para mejorar las prestaciones de una plantilla que ha sufrido una amplia remodelación, en especial en lo que a su vanguardia se refiere.

Hablar del pasado no focaliza la realidad del presente. Pero este sábado ante el Deportivo hubo detalles en el partido que pudieron rescatar al menos la preocupación. Lo mejor de la UD Las Palmas -prácticamente lo único potable- llegó en la primera media hora de juego. El equipo tomó posiciones en el campo, logró asfixiar parcialmente a su rival y desplegar un juego que, por momentos, guardaba semejanzas con fases del pasado ejercicio. Porque, con nuevos recursos para generar el caudal de pases profundos, se vieron algunas carreras verticales en la búsqueda del portero gallego Lux. La velocidad fue, precisamente, la característica principal del primer año de Lobera, que convirtió el juego de la UD casi en el fórmula uno de la Segunda División. Pero este sábado y ante un rival de empaque, esos balones verticales captados en especial por Mayor acabaron en nada. En realidad, el delantero debutante mostró que, para ese estilo futbolístico, no tiene las piernas de su antecesor, Thievy, o la potencia adicional que Chrisantus le pone a estas acciones. Mayor no logró la zancada necesaria para dejar atrás a su par y, en consecuencia, el peligro en las contras amarillas fue controlado por el Deportivo.

Las Palmas eligió mal el sábado el camino del gol. El concepto que había sobre Mayor y su aportación al proyecto no se le relacionaba con la misión de relevar a lo realizado por Thievy o, en su defecto, por el cualquier otra de las gacelas que tenía la veloz UD Las Palmas de apenas unos meses atrás. Quizá Delev, por supuesto Chrisantus, pero el estilo Mayor no correspondía a lo que se presenció en este primer asalto de la Liga.


A Tato, en cambio, le va la guerrilla. Su capacidad para combatir ante una multitud de adversarios está demostrada. Fue el hombre más peligroso en el partido del debut liguero, pero su arsenal se agotó cuando precisamente al equipo se le fundieron los plomos en el último cuarto de la primera parte. Fue preocupante la falta de ideas; peor la incapacidad para reaccionar tras el apagón.

Hubo detalles en el partido que merecen relevancia porque son apéndices potenciales que el equipo puede explotar. El juego combinativo de Valerón merece una correspondencia. Momo y Nauzet son futbolistas en teoría ideales para seguir sus extraordinarios pases. Asociarse a Valerón requiere una visión intuitiva de lo que puede ocurrir. Hay que entenderle porque en cualquier momento genera la jugada sorpresa, el último pase. El fútbol reside en él, está intacto; y además en el aspecto físico ha demostrado capacidad para dosificar los noventa minutos con lectura de veterano.


Además, mientras Atouba estuvo en el campo, Las Palmas cargó su juego por la izquierda, porque estaba entonado el camerunés, ofreciendo profundidad y buenos servicios. Está crecido, con confianza, dispuesto a ser una de las revelaciones de la Liga. No le queda a la zaga Aythami Álvarez, sin duda una noticia feliz su recuperación. El canterano ha recuperado la frescura física y, por momentos, buscó la aventura. Su relevo se produce en superioridad numérica de la UD y por una pieza idéntica, que no supuso cambiar la pintura del escenario, que era gris.

Todo lo demás por encima del minuto 32 del primer tiempo quedó ensombrecido porque la desaparición de Las Palmas fue absoluta. Donde acaba el partido comienza el trabajo de los técnicos ya que, de inmediato, el equipo ha de ver la luz y recuperar la coherencia. La Liga, una vez comienza, no concede tregua.

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