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domingo, 30 de marzo de 2014

EL ARTE DE GANAR


Desde el comienzo de la temporada hemos mantenido una tesis sobre las cualidades competitivas de la actual plantilla de la UD Las Palmas, sin duda la de mayor experiencia en todo tipo de terrenos desde que Miguel Ángel Ramírez llegó a su presidencia. Decíamos entonces que el fútbol que fuera capaz de desarrollar este equipo estaba en la cabeza de los propios jugadores. Léase: las combinaciones, el grado de sacrificio, la precisión en las jugadas de pizarra y, principalmente, la tranquilidad ante el gol. Todo aquello no podía borrarse de un día a otro en un plantel con16 jugadores que habían tenido un pasado en Primera División 11 de ellos con participación en selecciones nacionales de distinto grado.

La Unión Deportiva que estamos analizando en las últimas jornadas, la que suma cinco victorias y un empate en los seis últimos choques, la que apenas comete errores defensivos, la que ajusta bien las líneas de presión para asfixiar a sus rivales, la que no perdona ... ese equipo sí está ahora instalado en la cabeza de todos los hombres de Sergio Lobera. El mérito del cuerpo técnico ha sido salvar todo tipo de dificultades en el campeonato para que los astros se alineen en la forma correcta y en el momento más importante, acertando en la elección de piezas y en la toma de decisiones técnicas. La igualdad en la competición y los titubeos del resto de los competidores aspirantes ha hecho el resto.

Las Palmas es en este tramo final del campeonato un rival tremendamente competitivo, con oficio, con serenidad ante el gol, con un termómetro en mano para medir la temperatura de los partidos y asumir cada una de las etapas de los encuentros. Lo demostró este domingo ante el Sporting, un brillante adversario que fue capaz de generar las ocasiones que sus antecesores no pudieron, se presentó en el encuentro con ambición y garantías de sacarlo adelante. Pero los amarillos gozan de buena salud en su fútbol y hasta fortuna, que también es un factor contable en desenlaces de episodios como el hoy vivido frente al Sporting.

El equipo de Lobera domina el arte de ganar, o al menos ahora lo controla. Esa es una gran noticia porque se produce cuando ya los caminos de todos los candidatos despejan incógnitas. El siguiente reto tras el triunfo ante el Sporting es inmediato: lograr la quinta victoria consecutiva, algo que ninguno de los restantes 21 competidores de la Segunda División ha firmado esta temporada. Esa es la cadena del éxito; lo que se vuelve imposible para el resto es lo que hace posible que Las Palmas sea capaz de cualquiera de las misiones de se le antoje.

En la cabeza de los jugadores viaja una procesión camino de Primera, al menos luchar por ello hasta el final. Y han logrado lo más difícil: que también brote en la mente de una afición que asistió en esta ocasión, por vez primera esta temporada, convencida de que el ascenso está al alcance. Juntos pueden ser imparables.

domingo, 23 de marzo de 2014

GARRA, COHESIÓN Y TALENTO, POR ESE ORDEN


Nos agradó escuchar la frase que brotó de los labios de Sergio Lobera este sábado al culminar el partido de Murcia cuando dijo que "ahora vemos a un buen equipo formado por buenos jugadores", en relación a la UD Las Palmas que se ha situado en 48 puntos a falta de once partidos. Le faltó quizá añadir al entrenador que, además de todo eso, es "competitivo al ciento por ciento". Porque para ganar a un rival con tantas aristas como el Real Murcia había que fraccionar el encuentro en varias etapas: una primera de control estudiando las debilidades del adversario, otra de manejo del juego para llevar el compás de los acontecimientos y una última de finiquito. Y las tres las supieron resolver los amarillos con oficio, con suficiencia sobre un adversario que sólo golpeó a balón parado. No encontró otra manera.

Para ganar al Murcia, Las Palmas conjugó sobre el césped de La Condomina muchos de los condimentos que ya venía aportando en partidos anteriores incluso sin lograr la victoria: La garra de un equipo de Segunda División dispuesto a combatir en todas las trincheras del campo, la cohesión colectiva con muchos signos de solidaridad tanto en el repliegue como en el despliegue de líneas y, cuando llegó en el encuentro la hora de la verdad, brotó el talento de unos jugadores notables, que encuentran líneas de pases con maestría. Esa inspiración ahora es apreciable como no había sido a lo largo del campeonato.

Tan valioso en la actual clasificación del equipo es la energía que transmite Dani Castellano o Ángel López, la coordinación de los defensas centrales apoyados por un inmenso Javi Castellano, como el paso mágico de Masoud y Valerón, encontrando las llaves del gol. Todo ello conjugado es lo que ha convertido a la UD Las Palmas en un verdadero candidato a cualquier objetivo, aderezado por el acierto ante las porterías rivales que se reparten un puñado de jugadores. Y, hasta tal punto alcanza este renovado credo, que los reservas están al mismo nivel que los titulares, impidiendo que exista la añoranza por los ausentes. Un día sí y otro también.

Ahora sí; en los parámetros futbolísticos mostrados en las últimas jornadas, Las Palmas es capaz de salirse de la clasificación. Con la misma garra, cohesión y talento -empleándolas por este orden- esta UD puede confirmar lo que todos los técnicos rivales de la división temían. Y es que puede considerarse la mejor plantilla, pero puede acabar siendo también el mejor equipo.